viernes, 13 de junio de 2008

LAS DROGAS Y LOS AFRODESCENDIENTES


La mayoría de las personas encarceladas por delitos relacionadas con las drogas en Estados Unidos pertenecen a la raza negra, pese a que "los principales delincuentes son blancos", según ha denunciado la organización humanitaria norteamericana Human Rights Watch (HRW). En un informe titulado 'Dirigido a los negros: La Policía antigroga y la raza en Estados Unidos', HRW revela con estadísticas detalladas las disparidades raciales existentes entre los presos encarcelados por delitos de drogas en 34 Estados del país. "La mayoría de los delincuentes por drogas son blancos, pero la mayoría de los que acaban en prisión son negros", declaró un asesor del programa sobre Estados Unidos de HRW y autor del informe, Jamie Fellner. "La solución no es encarcelar a más blancos, sino revisar de forma radical cómo afrontar el tema de las drogas y a los delincuentes de alto nivel", añadió. Estadísticas del informe de denuncia El informe revela que en 34 Estados un hombre negro tiene 11,8 más posibilidades que un blanco de ser enviado a la cárcel por motivos relacionados con las drogas. Una mujer negra tiene 4,8 más posibilidades de lo mismo que una blanca. En 16 Estados, los afroamericanos son enviados a la cárcel en un porcentaje de entre diez y 42 puntos superior al de los blancos. Click Aqui Los diez Estados con mayores diferencias raciales en el encarcelamiento por delitos de drogas son Wisconsin, Illinois, Nueva Jersey, Maryland, West Virginia, Colorado, Nueva York, Virginia, Pennsylvania y Michigan. Aumento del encarcelamiento de negros
Por otra parte, la organización estadounidense The Sentencing Project ha revelado, a partir de datos recogidos en 43 de las principales ciudades de Estados Unidos, que entre 1980 y 2003 el encarcelamiento de negros ha aumentado un 225 por ciento, frente al 70 por ciento de los blancos. En once de las ciudades ese incremento fue superior al 500 por ciento, entre ellas Tucson (887 por ciento), Buffalo (809), Kansas City (736), Toledo (701), Newark (663) y Sacramento (597 por ciento). En más de la mitad de las ciudades analizadas, el porcentaje de detenciones de negros fue el doble que el de detenciones de blancos a lo largo del periodo de estudio. "El alarmante incremento de detenciones por drogas desde 1980, concentrado en los afroamericanos, siembra dudas fundamentales sobre la equidad y la justicia", declaró un analista político de The Sentencing Project y autor del informe 'Disparidades geográficas', Ryan S. King. "Aún más preocupante es el hecho de que esas tendencias no son el resultado de un mayor porcentaje en el consumo de drogas entre los afroamericanos, sino de las decisiones de las autoridades locales sobre dónde se debe actuar contra las drogas", añadió. La organización revela que las detenciones de negros superan en 3,4 veces las de blancos, "a pesar de haber un porcentaje similar en el consumo de drogas".

Pobreza y exclusión de los pueblos y mujeres afrodescendientes


Epsy Campbell Barr

I - Introducción

El racismo contemporáneo es una ideología construida a partir de un modelo económico liberal que tiene sus raíces en el proceso de colonización y conquista de los continentes africano y americano, marcado su inicio específicamente con el tráfico trasatlántico de personas africanas que fueron convertidas en esclavas para el "desarrollo" y la explotación de los recursos en América.

Por lo tanto, el racismo tiene su base en la estructura económica, construyendo ideológicamente las justificaciones culturales y sociales para colocar a la raza blanca, como prototipo de lo humano y por lo tanto superior a todos los grupos etno-raciales diferentes, particularmente a las personas de procedencia africana.

Aunque en la actualidad el racismo es identificado más como un problema social y cultural que como un problema económico, lo cierto es que pese al desarrollo de los países, a la abolición de la esclavitud desde hace más de trescientos años, al reconocimiento de los derechos humanos de las personas "sin ninguna distinción", data apenas de menos de un siglo y tiene evidentes manifestaciones de exclusión económica más de 150 millones de afro descendientes de las Américas.

El racismo se construyó a partir de una realidad también económica, política y culturalmente milenaria, el sexismo, en la cual los poderes y los recursos se encontraban en manos de los hombres, siendo las mujeres prácticamente propiedad de los hombres. El racismo, reafirma el sexismo e incorpora en su seno las diferencias sexuales y la superioridad de los hombres sobre las mujeres como una característica inherente y constitutiva de esa ideología. Del mismo modo el sexismo incorpora a la diferenciación racial como una categoría de estratificación, creando una pirámide que no sólo está marcada por la diferenciación sexual sino también por la distinción racial, que reafirma, como se planteó anteriormente a lo blanco como prototipo de lo humano en contraposición de lo negro relacionado siempre con lo no humano o lo menos humano.

Desde esta perspectiva, es imposible en la actualidad comprender el racismo de manera aislada al sexismo. Del mismo modo, no se pueden aislar las consecuencias sociales y culturales del racismo de las consecuencias de la estructura racista sobre las condiciones particulares de las mujeres descendientes de africanos de las Américas.

No es posible hacer un análisis que diferencie de manera tácita los impactos del racismo por un lado y del sexismo por el otro, sobre la vida de las mujeres. Los límites entre uno y otro son la mayoría de las veces absolutamente invisibles. Sin embargo, una forma para acercarnos a una análisis de este tipo, es a través de analizar las diferencias entre las mujeres de diferentes grupos raciales y las diferencias en calidad de vida entre las mujeres y los hombres del mismo grupo racial, porque debe de reafirmarse que el racismo tiene intrínseco una estructura sexista y el sexismo una estructura racista.

Una acertada comprensión de la forma en que interactúan el sexismo y el racismo sobre las condiciones de vida de las mujeres afro descendientes sólo es posible a partir de la comprensión de las implicaciones económicas del modelo de desarrollo implícita y explícitamente sexista y racista, que posee mecanismos que han ido sofisticando con el tiempo, para excluir mayorías negras e indígenas.

El presente trabajo aborda las consecuencias económicas del racismo y el sexismo sobre las mujeres afro descendientes hispanas en la actualidad e identificará algunas propuestas que permitan incidir de manera positiva en la situación de exclusión en que se encuentran más de 60 millones de mujeres en América Latina y el Caribe Hispano.

El documento se divide en tres partes: 1- Marco Teórico y Conceptual del Racismo y el Sexismo. 2- Racismo y pobreza para las mujeres afro descendientes en América Latina. 3- Propuestas y Recomendaciones.


II - Marco teórico y conceptual del racismo y el sexismo

Generalmente cuando se aborda el racismo en América, se remite a una situación sociocultural que se refleja con la marginación de un grupo racial y étnico social, económica y cultural con la falsa justificación de la supremacía racial blanca. Cuando se aborda el racismo en la mayoría de países existe una asociación directa con las personas descendientes de africanos.

Pero el racismo como ideología dominante no sólo reafirma el poder de los y las que lo ejercen también se garantiza los canales de transmisión para que las víctimas no logren desestructurar las bases sobre las cuales se sustenta. Esta ideología que se convirtió en una práctica social ha funcionado sistemáticamente durante siglos, mientras que las rebeliones e intentos de transformación y abolición total de la estructura racista de parte de los pueblos afro descendientes se han traducido en una serie de cambios institucionales que van generando modificaciones estructurales encaminadas hacia un orden no racista, pero también por esta vía se crearon mecanismos más sofisticados que siguen perpetuando el racismo.

Las relaciones económicas condicionan las dinámicas sociales y culturales de los pueblos, en ellas se manifiestan las relaciones de poder en las sociedades y se justifican las subordinaciones de unos grupos sobre otros, de unos países sobre otros y por supuesto de un sexo sobre otro.

2.2- Aspectos conceptuales

Raza y Racismo

El concepto raza se refiere en este contexto, un grupo humano con rasgos biológicos comunes entre sí, que son transmisibles genéticamente y no surgen espontáneamente en otros grupos. A pesar de que las razas tienen un origen territorial común, actualmente y como resultado de los modelos de desarrollo históricamente impulsados las personas de diferentes razas se encuentran dispersas por todo el planeta. Los marcadores de cada raza surgen por comparación y son seleccionados culturalmente. Racismo a una ideología construida históricamente para subordinar a los grupos etno-raciales no blancos, bajo el falso pretexto de la superioridad racial, contando con las instituciones y mecanismos para perpetuarlo en el tiempo.

Afrodescendientes:

Son afrodescendientes todas las personas que son descendientes de personas africanas esclavizadas en América Latina y en el Caribe. Comúnmente se les llama "Negros y Negras", y en los planos nacionales generalmente se le antepone el prefijo afro a la nacionalidad, como por ejemplo, afro costarricense, afro brasilera, afro colombiana; etc.

Discriminación racial:

Para efectos del presente trabajo se utiliza la definición de Discriminación Racial de las Nacionales Unidas. Artículo 1.1 de la Convención Internacional para la Erradicación de todas las Formas de Discriminación Racial: "discriminación racial es toda distinción, restricción o preferencia basada en la raza, color, descendencia o nacionalidad u origen étnico, que tenga el propósito o el efecto de anular o impedir el reconocimiento, disfrutar o ejercer en pie de igualdad los derechos humanos y libertades fundamentales en el ámbito político, económico, social, cultural o en cualquier área de la vida pública".

Grupos etno-raciales no dominantes

A pesar de que históricamente se le ha llamado los grupos que no pertenecen al grupo racial dominante "grupos minoritarios", más como una definición política que numérica. El término que se utiliza para efectos de este ensayo es el de grupos etno-raciales no dominantes o grupos étnicos no dominantes por las siguientes razones:

- Los y las afro descendientes representan al menos el 30% de la población de América Latina por lo cual se convierten en uno de los tres principales grupos etno-raciales de la región. - El término "minorías" inferioriza, coloca como punto de partida a un grupo en menor categoría al otro, da una falsa percepción de la realidad, porque a veces se les llama minorías a las mayorías indígenas de Guatemala por ejemplo. Por otro lado sobrevalora a las mayorías que pueden y han sido de manera histórica grupos con poder, dominadores, hegemónicos. - El término "minorías" desempodera a quienes son llamados de ese modo. - El término de "grupos etno-raciales no dominantes" coloca la realidad de la situación que viven las personas que no son consideradas como blancas y que por ello están expuestas de manera permanente a una violación constante de sus derechos humanos. - La no-utilización del término "grupos minoritarios", intenta romper el falso análisis histórico de que son las mayorías las que han gobernado y dominado nuestros países.


III - Racismo y pobreza para las mujeres afrodescendientes en América Latina

Para la comprensión del racismo, la pobreza y la exclusión de las mujeres y los pueblos afro descendientes se deben de tomar en cuenta lo siguiente:

1- La situación económica de las mujeres afro descendientes está caracterizada por la exclusión y la marginación económica. Se calcula que en América Latina y el Caribe existe al menos 150 millones de afro descendientes, al menos la mitad de las cuales son mujeres. La mayoría de la población afro descendiente se encuentra en Brasil, Colombia, Perú, el Caribe Insular y el Caribe Continental de Centroamérica. Sin embargo se reporta población afro descendiente en todos los países de la región a excepción de El Salvador.

2- La pobreza es la norma y la característica más común en que viven los pueblos, las comunidades y las personas afro descendientes que tienen causas históricas y explicaciones contemporáneas debido a la pésima distribución de la riqueza en América Latina y el Caribe y a que los Estados no han cumplido sus responsabilidades de garantizar el bienestar a sus pobladores sin ningún tipo de discriminación.

3- Debido a que las raíces del racismo son eminentemente económicas y que su génesis está directamente relacionada con la esclavitud y la trata trasatlántica de personas africanas esclavizadas a América, las consecuencias contemporáneas del racismo sobre las personas descendientes de esclavos en América Latina, son la pobreza extrema y la exclusión económica de la mayoría de estos pueblos y poblaciones.

4- Dulce María Pereira estudiosa de la situación de los y las afro brasileras a definido la trayectoria de la política de Estado de su país (esto podría ser válido para el resto de países de América Latina) como una política que se ha desplazado de la esclavitud a la pobreza y la exclusión social y económica. En ese mismo sentido Antonio Sergio Guimares profesor de la Universidad de Sao Paolo argumenta que la disparidad actual que viven afro descendientes como únicamente un producto de la historia de la esclavitud, es eximir a las generaciones presentes de toda responsabilidad.

5- Una de las consecuencias del racismo es la exclusión económica de pueblos y grupos humanos que pertenecen a los grupos étnicos no dominantes debido a que las políticas y programas no les consideran actores, ni sujetos plenos de derechos. Esta situación se agrava cuando se trata de las mujeres afro descendientes que históricamente se encontraron en el último escalafón de la pirámide social.

6- Las diferencias raciales y étnicas pernean los indicadores de pobreza e inequidad en América Latina y Caribe. Por lo anterior la exclusión de afro descendientes de la participación y del acceso a oportunidades es fundamental para comprender las dimensiones no materiales de la inequidad y de la pobreza. Del mismo modo en que el género es detonador de la pobreza, por lo que es necesario analizar la pobreza que viven las mujeres afro descendientes desde una perspectiva multidimensional.

7- Existe evidencia empírica y documental que demuestra la representación desproporcionada de la población afro latina entre los y las pobres y personas marginadas de la región y sin embargo hasta ahora no existen políticas, ni recursos económicos consistentes que ponga énfasis en la pobreza y la antidiscriminación y que dirija recursos especiales para las necesidades específicas de las poblaciones y mujeres afro latinas.

8- La situación de marginación económica de las mujeres afro descendientes se manifiesta en su exclusión en la participación plena en la inversión en capital humano y empleo productivo de sus respectivos países, así como sus limitaciones estructurales de acceder a los recursos productivos.

9- El proceso contemporáneo de desarrollo caracterizado por la globalización económica y comercial ha agudizado aún más la pobreza que viven los pueblos y las mujeres afro descendientes porque ha redundado en una mayor concentración de la riqueza y refuerza la dicotomía en las políticas que existente entre el desarrollo social y el desarrollo económico.

10- Los programas de ajuste estructural o de reforma del Estado que se vienen ejecutando en América Latina desde hace casi dos décadas tienen un impacto mayor sobre las poblaciones y las mujeres afrodescendientes; porque limita o elimina la escasa inserción del Estado en las políticas públicas que tienen o tenían acceso los y las afrodescendientes.

11- Por lo anterior uno de los problemas fundamentales que enfrentan los pueblos y las mujeres afrodescendientes es la invisibilidad, las sociedades de América Latina no reconocen toda su diversidad y cuando la reconocen es una mera declaración legal que no se traslada en acciones concretas.

12- La perspectiva de género que ha sido una herramienta para analizar la situación económica de las mujeres y la forma diferenciada en que la pobreza impacta a las mujeres no incorpora en su análisis una perspectiva etno-racial, por lo tanto no permite evidenciar las consecuencias del racismo en la vida económica de las mujeres afro descendientes.

13- Las mujeres afro descendientes históricamente han tenido que asumir tanto el trabajo productivo como el reproductivo, aunque el primero en condiciones históricas de discriminación. Su aporte en las economías de América Latina y el Caribe aún no se ha estudiado de manera rigurosa, pero durante los más de trescientos años de esclavitud en las Américas el trabajo en el campo y en la producción no se diferenció en nada con el trabajo que realizaron los hombres negros, pero además tuvo como responsabilidad económica la reproducción de la mano de obra esclava. Su inserción en la economía reproductiva es la característica durante toda su historia. En ese sentido el análisis de género que se construye a partir de una división de roles en lo productivo y reproductivo es limitado para el caso de las mujeres afrodescendientes.

14- Muchas de las mujeres afrodescendientes están incorporadas en la economía "informal", debido a la segmentación del mercado de trabajo, sin embargo aún no se encuentran estudios que permitan visualizar la composición etno-racial de la economía informal de los países de la región. Es evidente, sin embargo, que sus responsabilidades económicas en la familia la obliguen a realizar diversas actividades productivas en jornadas ampliadas y en condiciones de marginalidad y explotación. El sector informal se caracteriza por la nula protección laboral y por la escasa posibilidad de generar cambios significativos que permitan algún tipo de movilidad social.

15- En países tales como Colombia, Honduras, Brasil las mujeres afrodescendientes son expulsadas del mercado de trabajo y obligadas a convertirse en migrantes, en la mayoría de los casos ilegales en Estados Unidos, Canadá y Europa como una estrategia de sobre vivencia propia y de sus familias. Estas mismas condiciones son las que la hacen presa del tráfico y la explotación de mujeres.

16- Las políticas y programas que impulsan diversos países de América Latina para enfrentar la feminización de la pobreza, si bien son y han sido del tipo asistencialista por lo que no han logrado avances significativos; las mujeres afrodescendientes no han formado parte de las mismas.

17- Existe poca información estadística confiable y cuando esta existe como en el caso de Brasil en donde se ha demostrado por diversos estudios que incorporan la variable racial, que las mujeres afro brasileras son las más pobres de las pobres y enfrentan un sin número de barreras para su incorporación en condiciones de equidad en el empleo remunerado y en la economía.

18- La discriminación que sufren las mujeres afrodescendientes en los mercados laborales se evidencia con salarios más bajos en puestos iguales que los que reciben personas blancas con los mismos niveles de educación formal y destrezas. En algunos casos las mujeres afrodescendientes reciben salarios iguales en puestos iguales pero deben de tener mayores calificaciones que las personas blancas para optar por esos salarios.

19- La discriminación constante que enfrentan las mujeres afrodescendientes y los afrodescendientes e indígenas en el mercado laboral conducen a una economía segmentada de acuerdo no solamente a líneas de género como ya se ha demostrado en múltiples investigaciones sino que también con líneas raciales y étnicas. Estas economías restringen el acceso a las personas afro descendientes y de manera más aguda a las mujeres a las industrias de mayor productividad y crecimiento. Esto trae como consecuencia que las personas afro descendientes y en particular las mujeres cuando están incorporadas al mercado de trabajo formal lo hagan en industrias con productividad menor al promedio, lo cual limita sus niveles de ingreso y acrecienta las diferencias con personas blancas con similares niveles de educación y destrezas.

20- En el caso del Brasil las mujeres han logrado avanzar de manera importante en los índices de educación e incluso presentan una mayor escolaridad que los hombres negros en todos los grupos de edad, sin embargo esta condición de ventaja no se manifiesta en mejores oportunidades económicas y en una menor pobreza.

21- Muy recientemente y de manera formal como consecuencia del proceso preparativo para la III Conferencia Mundial contra el Racismo, los gobiernos y Estados de América Latina y el Caribe han reconocido que la discriminación y el racismo son problemas de las sociedades y que deben ser atacados. Y por primera vez hace apenas 6 meses reconocen que la situación de exclusión, social, política y económica de afrodescendientes en la región y principalmente de las mujeres afrodescendientes es el resultado en gran parte del racismo estructural de las sociedades.

22- La comprensión de la situación socioeconómica de las mujeres afro descendientes sólo es posible si analizan dos aspectos que son mutuamente dependientes y que determinan la pobreza y la marginación que son la exclusión social y el bajo nivel de ingreso. Aún cuando las mujeres afro descendientes estén incorporadas a los mercados de trabajo su nivel de ingreso es menor a todos los otros niveles ingresos para hombres y mujeres del grupo etno-racial dominante y de los hombres negros.

23- Según un estudio realizado por Jonás Zoninsein de la Universidad del Estado de Michigan, la economía de Brasil podría expandirse hasta un 12,8% más como resultado de terminar la exclusión social de afrodescendientes de ese país, aunque este beneficio ocurría a lo largo de muchos años, lo que demuestra es que invertir en la inclusión no solamente es un gasto sino que es un beneficio para la sociedad en su conjunto.

24- A pesar de que no se reconoce en los informes nacionales de la situación social y que aún no se recoge en los indicadores de desarrollo humano que prepara el PNUD, la estructura socioeconómica de las sociedades de América Latina denota una estratificación de género y racial que se evidencian con los indicadores y niveles de vida diferenciados para hombres y mujeres y para "blancos" y "no blancos"

25- Las mujeres afrodescendientes para enfrentar las diversas limitaciones económicas políticas y la discriminación racial han desarrollado diversas estrategias y múltiples formas de organización. La mayoría de las cuales tienen un amplio potencial y una experiencia organizativa muy importante; aunque presentan debilidades institucionales debido a que no ha formado parte de las agendas de cooperación y apoyo oficiales ni no oficiales.

26- La erradicación de la pobreza y de potenciación económica de las mujeres afrodescendientes sólo son posibles si los programas, proyectos y acciones que se impulsen se planean, ejecutan y evalúan con una participación activa de las mujeres afro descendientes, porque ellas son socias y actoras de su propio desarrollo.


IV - Propuestas

A. Debido a la situación extrema en que se encuentran las mujeres afrodescendientes y sus pueblos, las acciones y propuestas que se impulsen deben de tener una visión estratégica de mediano y largo plazo, apostando al desarrollo y una visión remedial de plazo corto e inmediato.

B. Del mismo modo deben de ser acciones globales y estructurales como focalizadas y específicas.

C. Para afrontar la situación de marginalidad de las mujeres afrodescendientes y las múltiples barreras que enfrenta por su condición etno-racial y de género; sólo es posible hacerlo desde la perspectiva de sus comunidades y su entorno con acciones específicas que aborden la manera concatenada en que le afecta el racismo y la discriminación. Esto implica para efectos de propuesta incorporar una perspectiva de género con visión etno racial.

D. Con relación al acceso al empleo en condiciones de equidad se deben de impulsar políticas con acciones afirmativas que permitan enfrentar la barrera racial que enfrentan las mujeres en el mercado de trabajo.

E. La incorporación de objetivos específicos de inclusión racial y de género en todos los programas y proyectos de desarrollo que impulsen los gobiernos y los organismos de desarrollo internacional.

F. Construcción y elaboración de un sistema de indicadores de inclusión racial con perspectiva de género para todos los programas de desarrollo que impulsen los gobiernos y los organismos de desarrollo internacional.

G. Es necesario la creación de un Fondo que permita el acceso a recursos productivos para las mujeres afro descendientes y la promoción de empresas productivas de su propiedad con objetivos de desarrollo amplios y no simplemente de subsistencia.

H. La elaboración y puesta en marcha de un programa de sensibilización educación antirracista de los y las operadoras de servicios públicos para garantizar una ejecución no discriminatoria de los mismos.

I. La puesta en marcha de los compromisos adquiridos por los gobiernos de América Latina y el Caribe en la Reunión de las Américas preparatoria a la III Conferencia Mundial contra el Racismo, que están contemplados en la Declaración y Plan de Acción de Santiago.

J. La revisión de manera estructural de los programas de erradicación de la pobreza dirigidos a mujeres en que se ejecutan en diversos países de América Latina y el Caribe y la incorporación de una perspectiva etno-racial.

K. Los gobiernos y los Estados de América Latina y el Caribe deben de reconocer no solamente que existe el racismo y la discriminación racial sino que comprometerse con la erradicación de los mismos a través de una política de Estado coherente que aborde la parte económica, política, social y cultural.

L. El abordaje de la inclusión económica de las mujeres afrodescendientes debe de hacerse desde la perspectiva, local, nacional e internacional; por lo cual los municipios y gobiernos locales deben de impulsar acciones y comprometer recursos financieros y voluntades políticas para cumplir con este objetivo.

M. Se deben impulsar programas que fortalezcan las capacidades y fortalezcan las organizaciones de las mujeres afrodescendientes, para que sirvan como punto de referencia obligatorio a los programas y proyectos que se impulsen.

N. Los programas y acciones impulsadas por UNIFEM en América Latina deben considerar las exclusiones y la marginación que por razones raciales viven no solamente las mujeres afrodescendientes sino que también las mujeres indígenas.

O. En el marco de la Conferencia Mundial contra el Racismo tanto UNIFEM como otras instituciones especializadas del Sistema de Naciones Unidas deben de tener un rol protagónico en lo que a su capacidad de propuesta se refiere y deberían consecuentemente comprometer recursos financieros importantes que permitan no sólo una mayor participación de las mujeres de la sociedad civil; si no que también hacer que el proceso de la Conferencia avance y que se cuenten con todas las condiciones logísticas con que históricamente han contado otras conferencias mundiales de la sociedad civil.

P. Adopción de políticas y programas de acción afirmativa: La única forma de disminuir la brecha racial y de género en el ámbito económico que enfrentan las mujeres afrodescendientes de América Latina y el Caribe es la adopción de un conjunto de medidas de acción afirmativa que enfrenten desde diferentes ángulos la pobreza y la marginación económica.

Q. Empoderamiento: La pobreza y la exclusión generan desempoderamiento y baja autoestima, elementos fundamentales para el desarrollo de las personas. Se debe de impulsar un programa de empoderamiento a las mujeres afrodescendientes que permita colarlas en mejor situación para enfrentar los desafíos de su propio desarrollo y el de sus comunidades.

R. Visibilidad: Aún y cuando las mujeres afro descendientes son más de 75 millones de mujeres de América Latina y el Caribe se encuentran invisibles en la sociedad y no se les reconoce ni los aportes actuales ni sus aportes históricos. Un paso fundamental para luchar en contra del racismo y la discriminación racial es la visualización, de este modo también se contribuirá para que sean sujetas de políticas y recursos financieras nacionales e internacionales. El empoderamiento incluye acciones específicas para lograr una mayor participación política en los niveles local y nacional.

S. Información estadística confiable: Si bien en los últimos años se vienen haciendo esfuerzos para recopilar información desagregada por género y raza – etnia. Todavía queda mucho camino que recorrer, las encuestas de hogares en todos los países deben de incorporar la variable etno-racial al igual que los censos. Del mismo modo se debe de potenciar las investigaciones y estudios hechos por las mismas mujeres afrodescendientes o con una participación activa de ellas para que sirva como base para el desarrollo de políticas.

T. Garantizar la participación de las mujeres afro descendientes en todos los programas y proyectos que pretendan beneficiarlas tanto en la planeación, ejecución como evaluación.

U. Auditorias sociales de parte de las mujeres y los pueblos afrodescendientes: La única forma de garantizar el uso eficiente de los recursos, la transparencia y la eficiencia de los programas y brindándoles herramientas que les permitan hacer auditorías sociales y que les permitan exigir rendición de cuentas a los gobiernos y organismos de desarrollo.

Publicado en http://www.movimientos.org. Publicado en Forociudadano el 30 de noviembre de 2005. Se reproduce en nuestro sitio únicamente con fines informativos y educativos.

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miércoles, 2 de abril de 2008

AFRODESCENDIENTES EN COLOMBIA



Después de Brasil, Colombia es el país latinoamericano con la mayor cantidad de población afrodescendiente. Aun cuando no existen datos oficiales uniformes, se estima que el número de afrocolombianos va de un 16 a un 25% de la población total, esto es, entre seis y 10,5 millones de habitantes. La población afrocolombiana se asienta a lo largo y ancho de
todo el territorio, incluido el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, ubicado a 770 kilómetros del continente, lugar donde vive la población nativa raizal. Si bien mayoritariamente los afrocolombianos se ubican en la zona costeña del Pacífico (departamento del Chocó), en los últimos años la migración hacia los polos urbanos ha aumentado significativamente.

Para la comunidad afrodescendiente de Colombia, el conflicto armado que vive el país desde hace décadas ha sido sinónimo de muerte y desamparo, puesto que se trata de una población especialmente vulnerable, siendo en muchos lugares la más numerosa y, al mismo tiempo, más pobre. Además, ocupan territorios considerados estratégicos por los grupos armados (por las zonas de cultivo y la existencia de ríos navegables).

Los indicadores sociales con respecto a los afrocolombianos son elocuentes de su desaventajada situación. De acuerdo a cifras oficiales, “el 80% de las comunidades negras tienen sus necesidades básicas insatisfechas y viven en extrema pobreza, mientras que el ingreso per cápita promedio oscila entre los 500 y 600 dólares frente al promedio nacional de 1500 dólares.

Un 74% de la población afrocolombiana recibe salarios inferiores al mínimo legal, y la esperanza de vida es de 55 años frente a 65 como promedio nacional”.

Con la Constitución de 1991, Colombia reconoce a los pueblos originarios y estatuye que se trata de un Estado pluriétnico y multicultural, garantizando que en los territorios que ocupan los grupos étnicos la lengua oficial es la de tales grupos. Junto con ello, la Constitución asegura la igualdad de sus habitantes y el derecho a no ser objeto de
discriminación en base a la raza, entre otros criterios. Respecto de los afrocolombianos, la Constitución, a diferencia de lo que acontece con las comunidades indígenas, se refiere a aquéllos sólo en una disposición transitoria, ordenando al legislador a dictar una ley que regule la propiedad colectiva de las comunidades negras. Esta ley se dictó en 1993 (Ley 70) y, efectivamente, establece un procedimiento de titulación colectiva de la tierra, la que debe ser administrada por consejos comunitarios. ç

Ella contiene además una norma destinada expresamente a sancionar los actos de discriminación, aunque, según muchos, no ha pasado de ser una declaración de buena voluntad. Por otra parte, también por ley se
estableció el “día de la Afrocolombianidad” (cada 21 de mayo) y en 1995 se creó la Dirección General para las Comunidades Negras, Minorías Étnicas y Culturales, a cargo del Ministerio del Interior.

En cuanto a la representación política, la Constitución faculta al legislador a establecer circunscripciones especiales a fin de asegurar la participación de los grupos étnicos. Dicha ley, la Nº 649/2001, dispone que las comunidades negras tienen derecho a elegir dos
representantes, siendo una regulación que, al lado de la que se hace para las comunidades indígenas, es menos relevante.

De los grupos negros, sólo la población raizal ha recibido un tratamiento particular de parte del legislador colombiano. La Constitución de 1991 erigió en departamento lo que era la intendencia del Archipiélago y, además, se han dictado cuerpos normativos cuyo objeto es preservar las costumbres y usos de los raizales, por medio de limitaciones al ingreso a la isla, así como regulaciones específicas en materias fiscales, administrativas, de comercio exterior y otras (Ley Nº 47/93).

En Colombia no existen estudios que hayan abordado de manera sistemática la situación penitenciaria y de tratamiento judicial de los afrodescendientes. Con todo, un estudio general sobre la situación en las cárceles de Colombia da cuenta de cómo se encuentran en ellas los afrodescendientes.

Allí se indica que en centros penitenciarios como la cárcel distrital “La Modelo”, ubicada en Bogotá, los afrodescendientes “carecen incluso de lugar para dormir y se han visto obligados a ocupar, como los más pobres entre los pobres, un intersticio entre dos pabellones (por donde pasan los tubos de agua y desagüe, y los cables de electricidad) al que llaman ‘túnel’ o ‘socavón’”.

El informe pone en evidencia cómo la población afrocolombiana recluida en alguna cárcel tiene una mayor invisibilidad incluso que las demás personas o colectivos en tanto hay algunos “sindicados por delitos menores que están en prisión por varios años y su situación revela la falta de una defensa profesional idónea. Sus condiciones de mayor discriminación en la prisión parecen no haber sido objeto de cuestionamiento jurídico, ni observación por los jueces de ejecución de la pena”.

En cuanto a las personas afrodescendientes que se desempeñan en el sistema de administración de justicia, tampoco existen datos estadísticos al respecto (aunque la Defensoría del Pueblo se encontraba, en octubre de 2003, recopilando dicha información).

A título ejemplar, con todo, se puede mencionar que en la isla de San Andrés, de un total de ocho jueces (de competencia común) y seis magistrados (de competencia especial o apelaciones), sólo en el Juzgado Promiscuo Municipal –que tiene competencia común- se desempeña una “media” nativa (sólo de padre). Por su parte, de los siete fiscales que trabajan en la isla, ninguno de ellos es raizal. Y por último, en el Centro Técnico de Investigación (CTI, rama de la Fiscalía que realiza investigaciones judiciales), de un total aproximado de cinco personas, sólo una de ellas es nativa.

Esta muestra es expresión de lo que ocurre a nivel general, en que los afrocolombianos han estado históricamente marginados de los cargos oficiales.

Con relación al tratamiento que la jurisprudencia ha dado a los problemas de los afrodescendientes, existe una disparidad de receptividad entre la Corte Constitucional, la que se ha pronunciado pocas veces, pero todas ellas muy relevantes, y los tribunales inferiores.

Los casos que se han presentado en el Archipiélago de San Andrés, en relación con los raizales, son significativos en este punto, en especial la aplicación del Derecho común a una comunidad con usos y costumbres propios, diversos a los de los colombianos continentales, que implica conductas discriminatorias de parte del Estado, como la inscripción de tierras realizada por continentales de conformidad con las disposiciones
legales, pero en fraude a los acuerdos que de palabra existían entre nativos y continentales.

Un caso en que se alegó ante los tribunales discriminación racial directamente es el de la “negra Nieves”, popular caricatura de Cali, creada a fines de los sesenta, que representa a una empleada doméstica negra que hace chistes de la actualidad colombiana. Un abogado, en representación de diversas organizaciones sociales afro, presentó una acción de tutela por considerar que la caricatura desmerecía la raza negra. La acción no prosperó, ni en primera ni en segunda instancia, ya que los jueces estimaron que antes que desacreditar a las personas de raza negra, lo que hacía Nieves era enaltecerlas. Por último, una situación que da cuenta de la falta de respuesta de los tribunales locales es la denuncia colectiva presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por violaciones sistemáticas y reiteradas a diversos derechos fundamentales en la zona del Chocó, producto de los enfrentamientos entre paramilitares y fuerzas insurgentes.

Muchos de los casos que han sido denunciados ante la Comisión fueron expuestos primero ante las autoridades locales, judiciales y no judiciales, sin que el Estado diera respuesta suficiente,generándose un cuadro de denegación de justicia que determinó la denuncia ante el órgano interamericano.